Si hubo un artista del siglo XX, que consiguió romper todos los esquemas, ese fue Salvador Dalí. Su extravagancia y talento se extendió más allá de sus cuadros, llegando a crear un libro de cocina, o guías de vino. Lo que muy poca gente conoce, es que el artista de Figueres, máximo representante del surrealismo, también volcó su imaginación en la creación de una baraja de Tarot.
Fue en los años 70 cuando las cartas fueron encargadas al artista para usarlas en el rodaje de «Live and Let Die«, una de las entregas del mítico James Bond. Antes de que finalizara el encargo, el director prescindió de los servicios del artista, al estimar que sus tarifas eran demasiado altas. A pesar de este contratiempo, Dalí siguió creando las ilustraciones empujado por su mujer Gala, que leía las cartas del Tarot, incluso cuando estaba prohibido durante el régimen franquista. Hay incluso, quien se atreve a afirmar que las cartas dictaban su día a día, por lo tanto no es extraño que el artista aceptara el encargo.
El Tarot de Dalí vio la luz diez años más tarde, concretamente en 1984 y fue una genialidad más del catalán más ilustre. Hoy en día las 78 cartas, siguen estando vigentes, pudiendo encontrar sitios web que ofrecen lectura gratis de adivinación con el Tarot pintado por Dalí. Se estructura en 22 arcanos mayores y 56 menores, y aunque ofrece una interpretación muy personal de cada uno de ellos, mantienen su significado tradicional.
El Tarot además, fue acompañado en su publicación por un libro en el que se daban las instrucciones para interpretarlo y como había sido el dilatado proceso de creación. Fiel reflejo de sus símbolos más icónicos, en ellas podemos encontrar relojes, mariposas, retratos de él mismo o de Gala y como no, sus clásicos dibujos de mariposas.
En ellas podemos ver a un mago, interpretado por Dalí y una emperatriz que no es otra que Gala. De tamaño más grande que las del Tarot tradicional, la editorial Taschen, decidió realizar una nueva edición 35 años después de salir a la luz la original. En los años 70 el movimiento hippy fue uno de los impulsores de esta obra, que era usada no solo para interpretar los sueños, sino también para hacer una leer el futuro de los que se ponían delante de ellas.
Para los amantes del Tarot, esta baraja es una auténtica reliquia, pues es la única que se le atribuye a un artista de la categoría de Dalí. Y como todo en esta vida, también cuenta con detractores que lo han llegado a calificar como un Tarot satánico. Sin duda un calificativo, que no logra hacer sombra al enorme valor artístico de esta obra.