El pasado 13 de marzo, la rutina de nuestras vidas comenzó a cambiar. La pandemia que el COVID-19 ha provocado, consiguió apagar la actividad en todo el mundo. Ese mismo día en España se declaraba el estado de alarma, con las consecuencias que ello trajo para negocios y empresas que vieron caer sus persianas sin saber a ciencia cierta cuando volverían a reabrirse.
Muchas fueran las actividades que mantuvieron su actividad, hipermercados, bancos o farmacias por ejemplo, siguieron atendiendo al público,a pesar del riesgo que para la salud de los empleados y clientes conllevaba. Ante esta situación, no tardaron en ofrecerse soluciones para que el riesgo de contagio por coronavirus entre estos profesionales y los clientes se minimizara al máximo. Las mamparas de protección se convirtieron en la mejor solución para evitar la expansión del virus.
Clientes y trabajadores tenían que cambiar su forma de relacionarse por el bien común. La seguridad individual y la colectiva, es ahora un aspecto que todos los negocios deben observar con sumo cuidado si quieren seguir ofreciendo sus servicios.
Las mamparas protectoras se han convertido en las auténticas aliadas en los negocios. Fáciles de colocar permiten al cliente establecer comunicación visual con la persona que lo atienden en ese momento, anulando, al mismo tiempo, la posibilidad de contagio entre ambos.
Estéticamente permiten a los negocios seguir manteniendo su identidad. No debemos convertirlo en un espacio hostil que no invite a entrar al cliente, provocándole incluso miedo.
Colocación y fabricación de las mamparas de protección
Las mamparas protectoras pueden estar fabricadas de diferentes materiales: metacrilato, PVC, tapizadas o incluso mamparas de cristal. Un buen profesional te aconsejará sobre cual es el material que más se adapta a tus necesidades y a las de tus clientes.
Lo mismo sucede con la colocación, que puede ser definitiva o provisional. Existen sistemas de colocación que no necesitan ningún tipo de fijación en su ubicación; podrían calificarse como mamparas portátiles. Unos sencillos sistemas de sujeción que se adaptan a cualquier espacio podremos quitarlas o ponerlas según nuestras necesidades.
Podemos optar por mamparas definitivas, al fin y al cabo una nueva realidad ha llegado y no sabemos cuando va a quedarse con nosotros.
No dejes al azar estos aspectos. La confianza de tus clientes, vital para que puedas seguir adelante, está en juego. Si al entrar por tu puerta el cliente se siente seguro y protegido, no dudará en volver.
El coronavirus ha obligado a todo el mundo a mover ficha, las reglas del juego han cambiado. ¿Estás listo para ser el ganador?