Un plato tradicionalmente cordobés, ideal para las noches calurosas de verano o para incorporarla en un menú para amigos. Un plato que ya se puede tener preparado con anterioridad y que nos facilita las cosas.
Con permiso de los cordobeses que nos pueden leer y tratando de no cometer ningún sacrilegio culinario os vamos a dar una receta fácil y resultona, como dicen por ahí, ideal para cualquier ocasión.
Lo cierto es que es un plato eminentemente veraniego, servido en frío es una excelente opción tanto desde el punto de vista culinario como nutricional.
Obvia decir que como en toda receta el resultado final dependerá en gran medida de la calidad de los ingredientes, en una receta como esta en la que además son pocos podemos esforzarnos en conseguirlos de buena calidad.
Receta de salmorejo
Necesitaremos, pan, preferiblemente del día anterior. Unos 200 gramos serán suficiente. Nos dará un salmorejo para seis personas más o menos.
200 ml de aceite de oliva virgen extra, dejaremos un poco para decorar al final cada ración.
Un kilo aproximadamente de tomates, si son tomates de huerta recién recogidos, triunfaremos con total seguridad.
Un cucharada de sal, aquí ya jugamos con el gusto de cada persona.
Uno o dos dientes de ajo, hay quien con medio tiene suficiente. Como todas las recetas podemos adaptarlas a nuestro paladar sin temor a perder calidad ni sabor.
Para su preparación pelamos, cortamos los tomates y les pasamos la batidora. Una vez batidos los pasamos por un chino para evitar que quede cualquier resto de pepita o piel.
Añadimos el pan y si está muy duro lo dejamos unos 15 minutos para que ablande y coja bien el sabor del tomate. Añadimos el ajo, el aceite (reservando unos 50 ml para decorar el plato antes de servirlo) y la sal.
Es el momento de pasar bien la batidora y rectificar la sal si fuera necesario. Una vez elaborado lo metemos en la nevera y lo dejamos enfriar al menos dos o tres horas.
Podemos usarlo como primer plato, como aperitivo refrescante o como acompañante para cualquier otro plato. Va especialmente bien con los fritos.
Decora cada ración con unas virutas de jamón, ni que decir que si es ibérico mucho mejor; podemos optar por unos picatostes o un poco de huevo cocido rayado.
Anímate y prepara un plato que suele gustar a todo el mundo y te dejará quedar como un auténtico chef de manera sencilla.