¿Te gusta lo que ves frente al espejo? ¿Influye la visión que tienes de ti mismo sobre tu vida diaria? ¿Te gusta tu forma de ser? Estas y otras preguntas, a menudo son contestadas por nosotros de una manera negativa. El concepto que tenemos sobre nosotros mismos, condiciona inevitablemente nuestra forma de entender y de actuar en la vida. Y es que una autoestima baja o en la que pesen más los aspectos negativos que los positivos, puede llevarte a una vida llena de insatisfacciones.
Mejorar la autoestima
Elegir un adecuado psicoterapeuta será la clave para que tu vida de un giro. La ayuda de un especialista en terapia cognitiva conductual te ayudará a tomar conciencia de tus pensamientos. Esos que te impiden en ocasiones avanzar y reconocer la valía que hay dentro de ti. Debes tomar conciencia de estos pensamientos, reconocerlos y admitir que influyen en tus acciones.
En el momento en el que puedas identificar esos pensamientos, podrás actuar en consecuencia. No te boicotees a ti mismo con una crítica exacerbada de tu persona, confía en tus posibilidades, acepta la derrota como parte de tu crecimiento vital y no como una excusa para seguir creciendo.
Claves para detectar una autoestima destructiva
Identificar el problema es siempre el primer paso para solucionarlo, seguro que en más de una ocasión habrás oído esta frase. Antes de responder a la pregunta ¿Cómo mejoro mi autoestima?, trata de identificar esos rasgos de tu personalidad que pueden ser perjudiciales para ti.
Las personas con baja autoestima, suelen presentar unos rasgos característicos entre los que destacan algunos de los que enumeramos a continuación:
- Necesidad exagerada de contar con el afecto de los demás y con su aprobación. Esto les lleva a mostrar una amabilidad excesiva hacia los demás, con el único objetivo de agradarles.
- Falta de iniciativa, lo que les lleva a dejarse llevar por los demás sin importar en muchas ocasiones sus propias necesidades y deseos.
- El pesimismo es una constante en su vida. Ampararse en la mala suerte, una excusa para no reconocer sus propios errores.
- La llamada «zona de confort» es su lugar favorito. Explorar nuevos caminos es algo que no consta en la hoja de ruta de su vida.
- Autoexigencia exagerada, creencia de que lo que hacen los demás está siempre mejor que lo de uno mismo. Esto les lleva también a tener un grado de perfeccionismo extremo.
- La perseverancia no es su fuerte, la creencia de que no van a conseguir lo que se proponen, hacen que a menudo arrojen la toalla a la primera de cambio.
- Tendencia a estar a la defensiva, alerta ante cualquier crítica que les haga desmoronarse cual castillo de naipes. Irremediablemente esto acaba afectando a sus relaciones sociales, que acaban viéndose mermadas por su actitud.
Si te sientes identificado con todas o alguna de estas características, quizás es hora de que pidas ayuda. Un profesional que te ayude a evaluar el concepto que tienes de ti mismo, ese será el primer paso para que puedas cambiarlo.. Si lo que ves en el espejo te gusta, a pesar de todo lo malo que puedas reconocer en ti, tendrás las herramientas fundamentales para destruir los límites que te impiden alcanzar la meta soñada: la felicidad.