El 3 de agosto de 1942 dejo atrás el puerto de Palos de la Frontera, al mando de estas tres carabelas, buscando encontrar una nueva ruta con las Indias, la Santa María, la Pinta y la Niña, las tres emblemáticas carabelas con las que, navegando y navegando Cristóbal Colón descubrió América, un hecho que marco la historia.
Alrededor de 90 marineros, de los cuales tres eran médicos, uno despensero, uno intérprete y otro representante de la reina que se encargaba de llevar la cuenta del oro y las piedras preciosas que se encontraban en las carabelas, iniciaron este viaje, siendo capitaneados por los hermanos Pinzón, Cristóbal Quintero, Pedro Velasco y el mismísimo Colón.
Estos navíos no eran los más modernos ni mucho menos los más cómodos de aquella época, pero eran capaces de alcanzar buenos tiempos con velocidades de seis o siete nudos, y que permitían en aquellos momentos cuando el viento amainaba, ser impulsados con remos, sin la necesidad de hacer uso de excesiva fuerza.
Cada una de las tres embarcaciones, contaba con un solo camarote, destinado al capitán, puesto que la tripulación dormía en cubierta; contaba con tan solo un horno localizado en el centro del barco, de donde una vez al día se guisaba una comida caliente.
La Santa María
La Santa María, cuyo nombre completo en realidad es Santa María de la Inmaculada Concepción, era la más grande de las tres embarcaciones, la misma no era una carabela, sino más bien una nao o carraca; esta fue capitaneada por el mismísimo Cristóbal Colón y se convirtió en su hogar durante meses.
Contaba con 36 metros de eslora, tres mástiles y una gran capacidad de carga (alrededor de 200 toneladas), lo que la volvía la nave más lenta de las tres. Esta fue erigida por unos astilleros en Galicia, por lo cual se le había otorgado inicialmente el nombre de la Gallega. Fue propiedad del cartógrafo Juan de la Cosa.
La Pinta
Alonso Quintero y Gómez Rascón le alquilaron La Pinta a Colón, fue capitaneada por Martin Alonso Pinzón, dicha embarcación fue construida en los astilleros de Palos y fue escogida por su capitán. En ella se encontraban alrededor de 24 hombres a bordo, era sin duda alguna, la más rápida de las tres carabelas de Colón. Sus palos mayores iban dispuestos con una enorme vela cuadrada.
Fue en esta nave donde Rodrigo de Triana tuvo el honor de anunciar por primera vez el avistamiento de Tierra, el 12 de octubre de 1942. Esta misma embarcación fue la que el 1 de marzo de 1493, a su vez, fue la primera en llevar el anuncio del nuevo descubrimiento de América.
La Niña
A la Niña le fue otorgado su nombre en honor a su dueño Juan Niño, quien formo parte de la tripulación junto con otros 26 hombres en esta expedición, esta nave la capitaneo Vicente Yáñez Pinzón. Dicha embarcación pesaba alrededor de 50 toneladas y poseía 20 metros de eslora.
Esta embarcación fue la escogida por Colón para realizar su regreso a Palos, donde llego el 15 de marzo de 1493.
