Resulta un suceso típico, escoger un lugar donde darse un baño, puede ser una piscina, en la playa, en un jacuzzi o hasta en una sencilla ducha, y que luego de pasar unos minutos sumergido o en contacto con el agua, los dedos de las manos comiencen a notarse arrugados, como si envejecieran o algo por parecido.
La verdad, es que existe una explicación científica que llena de luces a todos los que han pasado por esta situación, que es completamente normal en el cuerpo, pero que a la vez causa mucha curiosidad.
La explicación científica
El rayo de luz que han aportado las investigaciones con respecto a la piel de los seres humanos, es de lo más interesante. Resulta que en la superficie de la piel, específicamente en la de las manos, se encuentra una sustancia conocida como “Sebo”.
Esta sustancia, es expedida por la piel en la capa más externa, realizando las funciones de un lubricante propio, que protege la epidermis contra la sequedad y el agrietamiento. Esta sustancia o “liquido especial”, se encarga también de reducir la permeabilidad de la piel, provocando que cuando se esté en contacto con el agua, esta resbale y no sea absorbida en exceso.
De forma que, si el contacto con el agua se vuelve muy extenso, entonces la epidermis va perdiendo la privilegiada capa de sebo, provocando que el agua sea absorbida por la piel y los dedos se arruguen, pero que en el momento que el contacto se detenga, el organismo volverá a producir esta sustancia y todo volverá a la normalidad.
Evolución humana
La aparición de las arrugas en los dedos, se produce por la contracción de los vasos sanguíneos que producen el sebo, lo que ha permito a los estudiosos de la ciencia, analizar el comportamiento de los dedos cuando han sido sumergidos por periodos largos de tiempo.
Estos mismos científicos, luego de realizar una numerosa serie de análisis, llegaron a la conclusión de que estas arrugas que aparecen en la piel, mejoran el agarre de los dedos sobre las superficies húmedas.
Un hecho que fue constatado mediante pruebas y diversos ensayos de laboratorio, dando como resultado, que este fenómeno provocado por sumersión extendida de los dedos en el agua, es proveniente de la propia evolución de la especie humana.
Una característica única
Además de conocerse que el arrugamiento de los dedos que son sumergidos en agua por mucho tiempo, proviene de la respuesta que da el sistema nervioso central y que aparte, proviene de la evolución del homo sapiens desde su aparición, hasta los tiempos presentes.
Los científicos también se han planteado hipótesis sobre el uso que pudo haber tenido esta “Habilidad”, en los seres humanos anteriores.
La respuesta llega a ellos, luego de toparse con un muro en su investigación. Donde se concluye que estas hipótesis sobre el agarre en los humanos, no puede ser reproducida en un laboratorio para conocer su más alta expresión, pero que sin embargo, si se pueden probar en campo abierto y con sujetos de practica especializados, para así llegar al fondo de esta función del organismo que se muestra de lo más común y que cuenta con un trasfondo sumamente interesante.